domingo, 13 de febrero de 2011

Taller 1.31


El mundo funciona con confrontación como nuestros coches funcionan con gasolina, y es una mentira. Nunca, ni por un segundo, ustedes han estado cara a cara con nadie en su vida. Siempre ha sido cara a No-cara. Repito: ¿Han confrontado ustedes alguna vez con alguien en toda su vida? ¿No ha sido siempre así: cara ahí, Espacio Aquí?
Ahora entremos en la bolsa por última vez. Esta bolsa es como una batidora o centrifugadora. Usted es el centro de esta máquina. Ella está girando muy deprisa, y todo el material, la crema o la mantequilla se ha ido a la punta de ahí, y la punta de aquí, el centro Aquí, está limpio de todo. En la punta de aquí, usted tiene toda la Consciencia; en la punta de ahí, usted tiene todo eso de lo que ella es consciente. La punta de aquí está libre de forma, de toda esa materia sólida, y la punta de ahí está libre de toda consciencia.
Usted dice: «¡Vamos, Douglas! Mi amigo en la punta de ahí no está desprovisto de consciencia según mi experiencia. ¡Ciertamente esa es una afirmación muy estúpida y atrevida!» Yo digo: Vale, ¿pero dónde encontrará usted la consciencia del que está en la punta de ahí? ¿La encontrará usted mirando a sus ojos, en esas pupilas negras? ¿Encontrará usted dos pequeños duendes de consciencia acechando detrás de esos ojos? No creo. ¿Dónde encontrará usted la consciencia de ese, el que dice «yo soy»? ¿Dónde encontrará usted eso? ¿O es totalmente inaccesible para usted?
Bien, si, mientras sigue mirando al que está en la punta de ahí, usted presta atención a la punta de aquí, notará que el Espacio en la punta de aquí está despierto. Es absolutamente vivo para sí mismo, plenamente consciente, y es consciente de sí mismo como Nada, como sin color, sin características, totalmente vacío y totalmente lleno. El Espacio es consciente de sí mismo en la punta de aquí, pero no tiene ninguna característica personal. No tiene ningunaetiqueta con el nombre de usted en él, y no es más su propiedad que la del que hay en la punta
de ahí. Servirá para ambos. Así pues, estoy sugiriendo, y es solo una sugerencia, que usted podría decirle ahora realmente a su amigo en la punta de ahí: «Muchas gracias. Usted me ha dado su apariencia, y ese es un regalo maravilloso. Ahí yo tengo su apariencia; aquí yo soy su Realidad –debido a que su Realidad es esa misma Consciencia que es mi propia Realidad Aquí–».

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