Una práctica asidua de esta meditación lleva a lo que
Douglas considera el estadio último del camino sin cabeza y que llama “the
breakthrough”, la brecha. Alineado, una vez más, con todas las tradiciones,
habla de esta apertura en términos de extinción, de muerte, de destrucción. Palabras
contundentes para designar una experiencia radical… “No se trata de hacer sino
de deshacer. Es un abandono, una renuncia a la falsa creencia según la cual
habría alguien a abandonar”.
Más adelante, el autor evoca “el salto cuántico de la ficción
del egocentrismo al hecho del cerocentrismo”. Y volvemos a encontrar aquí el
discurso de los místicos que no se cansan de celebrar su propio aniquilamiento…
Pero para alcanzar esta apertura hace falta atravesar una barrera, la cual, según
Harding, “no es otra que el esfuerzo culminante de autodefensa realizada por
nuestra voluntad propia o ego, su resistencia formidable pero desesperada
frente a los incesantes ataques de los hechos en su carácter inevitable”.
Gilles Farcet
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