lunes, 18 de julio de 2011

Douglas Harding, un sabio de Occidente 5


En primer lugar, según Douglas, “para realmente perder la cabeza, primero tiene que estar bien asentada”. He aquí un punto común a todas las enseñanzas y sin embargo a menudo pasado por alto: uno sólo puede deshacerse de lo que posee. ¿No afirmaba Prajnanpad: “Swamiji necesita egos fuertes”?

Una vez reafirmada la decisión de no quedarse con una experiencia fugaz, conviene por tanto practicar. Douglas nos dice cómo hacerlo en términos que, en suma, son los del Vedanta clásico: “El método –explica- es muy simple, y permanece igual hasta el final. Consiste en dejar de olvidar al que mira –o mejor dicho, su ausencia… Trabajamos para no perder el contacto con nuestra ausencia-”.

Pero la extrema sencillez de este método- acordarme de que no tengo cabeza, dejar de oponer a la figura que se confronta con la mía una máscara crispada y dejar el sitio al vacío- no lo hace menos difícil de practicar de una manera continuada. Harding es muy consciente de ello: “Al principio, la práctica esencial requiere un gran esfuerzo de atención. Normalmente, hacen falta años, incluso décadas, para empezar a lograr una visión estable y espontánea”.



Gilles Farcet

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