sábado, 25 de diciembre de 2010

Taller 1.16


Una última cosa: ustedes han hecho remontar su mirada a lo largo de su cuerpo (de hecho la han hecho descender), y han encontrado un lugar, una línea, donde las cosas se cambian en Nada; donde el mundo se cambia desde lo que parece a desde donde viene; donde ustedes acaban como una persona y comienzan como su Verdadero Sí mismo o No-sí mismo o Naturaleza Verdadera; donde su forma, que es para verla, deviene el Vacío, que es el que ve. ¿Podrían ustedes trazar ahora una línea con su dedo de un lado a otra de su camisa o blusa donde ella desaparece? Es como si las polillas hubieran estado en su camisa y se hubieran comido la parte superior de ella. Tracen una línea ahí, y entonces levanten y extiendan sus brazos hasta que estén horizontales. ¿No alargan estos brazos la línea que ustedes han trazado? Ellos son
los brazos de Dios. Cuando salen de un ser humano, cuando salen de una cabeza y hombros, como les ocurre a los demás, los brazos son humanos. Pero cuando salen de esta Claridad, de esta Ausencia, entonces son realmente los brazos de Dios. Ustedes están rodeando el universo con sus brazos. Sus manos están tan lejos una de otra como el este del oeste, ¿no es cierto? Una enorme distancia las separa. Sus brazos van realmente hasta el confín del mundo. ¿No son sus brazos los brazos del Amor mismo?

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