lunes, 29 de noviembre de 2010

Taller 1.6


Pero tenía una cosa que jugaba a mi favor a pesar de los problemas: una sensación de sorpresa. Siempre he sido agraciado con asombro y gratitud por haber acontecido en el mundo, y la determinación de no vivir y morir sin echar un vistazo a lo que ha acontecido. Vean, habiendo acontecido, es una pena, un terrible oprobio, dar por buena la palabra de todos por lo que ha ocurrido, dar por buena la palabra de todos por lo que hay Aquí, y no molestarme nunca en ver por mí mismo hasta que ya no esté aquí para echar un vistazo. Estaba absolutamente asombrado y agradecido de haber acontecido. Yo no necesitaba haber acontecido, pero había acontecido, y tenía que echar un vistazo a pesar de estos desagradables problemas, que persistieron en algún grado hasta que tuve alrededor de treinta años.

domingo, 28 de noviembre de 2010

Taller 1.5



El tercer problema era la falta de un objetivo en mi vida. No tenía nada para estructurar mi tiempo, nada por lo que vivir, nada por lo que morir. Yo no sabía qué hacer, intentando una cosa tras otra.
Bien, esos eran mis tres problemas principales: mi incapacidad para averiguar cómo era posible que el amor esté en la fuente del mundo (si ello era ciertamente verdadero, pues yo
tenía una certeza visceral), mi apariencia y timidez, y la falta de significado en mi vida.

Taller 1.4


El segundo era un problema que, al mirarles, probablemente tengan muy pocos de los aquí presentes. Yo era horriblemente tímido. Estaba paralizado por la timidez. Cuando entraba en una habitación con extraños, sudaba y temblaba de miedo ante la imposibilidad de tratar con esa multitud de gente. Era increíblemente tímido –no de timidez grácil y vergonzosa sino de timidez agresiva, que es la más horrible de todas debido a que uno está furioso con la gente si no te miran y terriblemente molesto si te miran–. Es un callejón sin salida. Yo pensaba que era la persona más fea de la cristiandad. No lo era, pero pensaba que lo era. Mi nariz en particular, era absolutamente desagradable; sobresalía. Si la llevaba a una habitación, todo el mundo la miraba, y eso me molestaba terriblemente. Espero que ninguno de ustedes haya sido tocado por este mal tan severamente como yo. Era ridículo, pero ese era el caso. Ustedes notarán que me he recuperado de este segundo problema.

sábado, 27 de noviembre de 2010

Taller 1.3



Mi primer problema se relacionaba con el hecho de que yo había heredado de mi padre – más que de esta secta– algo de inmenso valor, que atesoraré hasta el final de mis días. Era la intuición, la sensación, la certeza de que el poder detrás del mundo es amor auto-dado. Mi querido padre vivió y murió con esta creencia. Él era muy estrecho y fanático, pero era un hombre querido que tenía esta profunda convicción. Yo sabía que mi padre estaba en lo cierto, pero no podía aceptar la teología o el modo de vida de la secta. A los veintiún años yo nunca había ido al teatro, nunca había ido al cine, y no me estaba permitido leer nada excepto la Biblia. Mi problema era, ¿cómo podía yo vivir a la luz de esta maravillosa idea de que, a pesar de las enormes apariencias de lo contrario, el amor está en el corazón del mundo, sin creer, como decía Alicia, seis cosas imposibles antes del desayuno? Ese era el problema número uno –un problema muy serio, pero un problema que ocultaba posibilidades–.

viernes, 26 de noviembre de 2010

Nuevo libro de Douglas Harding en castellano


Título: El juego de la cara
Autor: Douglas E. Harding
"Ver la Cara Original de uno" es en el zen uno de los sinónimos de Iluminación. "Ve en este mismo momento a qué se parece tu cara -la Cara que tenías antes de que tus padres nacieran", es el mensaje de Hui Neng, el fundador virtual del zen-. Nuestra Cara Original es absolutamente sin características. Comprensiblemente, esta doctrina dejó perplejo al joven Tung-shan (807-869), que devino el fundador del Zen Soto. El momento de su Iluminación fue cuando le aconteció ver su reflejo en un estanque. En nuestros términos, localizó su cara humana abajo, en el agua, y su Cara no-humana sin atributos sobre el agua. "Cuando el pensamiento es dejado", dice un maestro zen posterior, "la Cara Original aparece".
Otras tradiciones religiosas, incluído el taoísmo, hinduismo (advaita), islam (sufismo), el cristianismo místico, tiene su versión de la Cara Original. Están de acuerdo en que tengo que ver, no sólo reconocer, esta vacuidad que permanece aquí en el Centro de mi universo y que están llena de este universo. No es que yo deba hacerme tan sin-cara, tan incorporal, tan grande como era en la cuna; sino más bien ver que he sido siempre así, y siempre lo seré, ya sea que tenga la honestidad de reconocerlo o no. Y después de todo, esto tiene sentido: el niño libre-de-juego está aquí así de evidente en realidad.
Ediciones Ignitus


Douglas E. Harding

Taller 1.2


Tomemos a Douglas a la tierna edad de veintiún años. Yo había estado creciendo en una secta evangélica ultrafundamentalista en Sufflolk, Inglaterra, llamada los Hermanos Exclusivos de Plymouth, una secta donde para leer a Dickens yo tenía que encerrarme en el lavabo, de otro modo el libro era quemado. Nosotros teníamos libros escolares, pero cualquier otro libro, mi padre lo quemaba ceremoniosamente debido a que probablemente procedían del Diablo. A los veintiún años, con gran agonía y aflicción de mi padre, yo me separé de los Hermanos de Plymouth.


jueves, 25 de noviembre de 2010

Taller 1.1


Hoy quiero dar una nota autobiográfica a modo de introducción. La razón para hacer esto es que toda comunicación genuina sobre asuntos espirituales se basa en la experiencia y no en material libresco. Yo tuve algunos problemas serios cuando era adolescente y alrededor de los veinte años y puede ser que algunos de ustedes tengan problemas similares. No me parece que ustedes tengan muchos problemas, pero espero que tengan algunos debido a que son la cosa más útil de todas, ¿no es cierto? Ellos son los motivos para buscar el lugar donde los problemas no pueden penetrar.


Douglas Harding

Cara a No-Cara. Redescubriendo Nuestra Naturaleza Original


Hola amigos y seguidores de este blog sobre el gran Maestro y Genio, Douglas E. Harding:


Me complace transcribir párrafo a párrafo este extraordinario libro de Douglas E. Harding traducido por el genial amigo Pedro Rodea (al que siempre estaré agradecido).


En este libro se va a ver a un Douglas más cercano en las transcripciones de sus talleres y entrevistas.


Gracias por seguir este blog y disfrutar de esta joya literaria.


Namaskar.


Luis Granados

domingo, 21 de noviembre de 2010

Lavar la cara… del espejo



Se le dijo a la hermana de un amigo, de alrededor de cuatro años, que fuese a lavarse la cara. Ella fue al cuarto de baño y comenzó a lavar su cara… en el espejo.

Douglas Harding