domingo, 17 de octubre de 2010

Experimento de apuntar con el dedo


Todo lo que tiene forma, sonido y color
puede ser clasificado como cosa.
Pero uno puede alcanzar lo Informe
...y vencer a la muerte.

Chuang-tzu

Cuando apuntas hacia cualquier lugar en el mundo, señalas objetos de percepción. Te encuentras a distancia de lo que miras y ves algo. Señala con el dedo a un objeto cercano y observálo. Estás viendo una cosa o dicho en otras palabras, algo que, desde cierta distancia, está dotado de forma, color, opacidad...
Ahora señala hacia otro lugar como el suelo, por ejemplo. Observa que, dentro de esos límites, también es una cosa. Señala a tu zapato. Otra cosa. Apunta a tu tronco que, en el marco de la presente magnitud, también es otra cosa dotada de forma, color, opacidad. Ahora llegamos a la parte más interesante del experimento, a la más
importante. Invierte el punto de observación ciento ochenta grados y observa ahora el lugar desde donde estás mirando. Señala con el dedo ...al lugar donde los demás ven tu rostro. (Hazlo realmente). Ahora estás señalando hacia el lugar que no se halla a distancia alguna de ti.
¿Qué es lo que ves?
¿Estás señalando a alguna cosa?
Ateniéndote a la evidencia presente, sin recurrir a la memoria o a la imaginación, ¿puedes apreciar aquí color, forma, opacidad o coseidad alguna? ¿Ves acaso tu propio rostro? ¿Puedes ver los ojos, las mejillas o la barbilla? Haz a un lado todas tus suposiciones y expectativas y mira como si fuese la primera vez. Sólo tú estás en posición de ver lo que hay en el centro, puesto que sólo tú estás a ese lado del dedo que señala. No confies en lo que crees que hay, sino tan sólo en tu observación directa.
Ésta es mi propia experiencia. En el lugar donde los demás ven mi ...cara, yo no veo ninguna cosa. Veo el dedo apuntando hacia mí y la habitación detrás del dedo, pero aquí, donde el dedo señala, no hay nada: ni rostro, ni ojos, ni mejillas, ni dentadura. Así pues, estoy mirando desde el espacio, la claridad, la transparencia y la vacuidad. De hecho, soy ese espacio y esa claridad. Y, en esa espaciosa vacuidad, se despliega mi dedo, el fondo que hay detrás, diversos hormigueos y cosquilleos y
pensamientos y sentimientos fugaces. Sigue señalando -y observando con curiosidad y atención- hacia el lugar donde las demás personas ven tu cara. ¿Cuál es la cualidad de ese lugar donde asumes que hay una cabeza sólida y dotada de forma humana? Confia solamente en tu experiencia directa y no en lo que piensas al respecto. No asumas que lo sabes y que, por consiguiente, no necesitas observar. No asumas que la perspectiva que los demás ...tienen de ti a varios metros de distancia es la evidencia irrefutable de lo que eres en tu mismo centro. Mantén tu mente abierta y observa de manera fresca por ti mismo.

Reflexiones sobre el experimento.

En este momento, estamos viendo lo que realmente somos. "Pero no veo nada", se puede objetar. Es cierto, yo tampoco veo nada, pero se trata de una nada muy especial. Para empezar, está despierta - despierta a sí misma en tanto que nada- y, en consecuencia, no es una nada muerta, inconsciente o ignorante de sí misma. Es también una nada consciente de lo que contiene, es decir, de cualquier cosa, desde el dedo que señala hasta las estrellas que contemplamos en el firmamento. Ese espacio vacío es la morada del Universo.

Gracias a:

Douglas Harding, Richard Lang, Jan Kersschot, Pedro Rodea, Salvador González.

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