domingo, 28 de febrero de 2010

"La meditación..." (continuación) Sin ego




















No se logra nada, sólo se descubre. Y lo que descubrimos nos llena de humildad: cuando vemos realmente la vacuidad que somos (en vez de imaginarla tan sólo o de limitarnos a creer en ella), no podemos seguir dudando. Sólo eso nos llena de convicción. Aquí está el único Lugar, el Lugar donde dejamos de ser una apariencia y somos reales y estamos claramente libres de egoísmo o de cualquier otra cosa; en una palabra, libres.

Douglas Harding

domingo, 21 de febrero de 2010

"La meditación..." (continuación) Democrática


















Una grata consecuencia de esta meditación es que entre aquellos que la practican fielmente no pueden existir jerarquias, gurúes ni chelas, ni competencia o intimidación espiritual alguna. De hecho, ¿qué otra base más firme para la igualdad humana (por no decir la democracia) podemos encontrar aparte de nuestra identidad común?

Douglas Harding

martes, 16 de febrero de 2010

La Meditación de la Visión de lo que Realmente Somos 10


Unificadora

Sólo en la Raíz, y en tanto que la Raíz, somos todos Uno y el Mismo por siempre. Esta meditación nos une infaliblemente a todas las criaturas en el único lugar donde todo converge, donde por fin nos liberamos completamente de nuestras caracteristicas aparentes y de los sentimientos y los pensamientos ocultos que nos distinguen y separan de los demás. El Vacío -precisamente porque está verdaderamente vacío- es idéntico en todos los seres, en todas partes y en todo momento. Si pudiese ser experimentado como especialmente amoroso en mí, brillante en ti y vacío en él, sólo serviría para separarnos todavía más. Pero en realidad tú, él y yo somos lo mismo y, sin el menor asomo de duda ni temor, podemos encontrar inmediatamente el único lugar donde nada se interpone entre nosotros.

Douglas Harding

domingo, 14 de febrero de 2010

La Meditación de la Visión de lo que Realmente Somos 9


Pragmática

No es menos cierto que los días, las semanas o los meses que siguen a la visión inicial (haya llegado ésta de manera explosiva o no) pueden estar llenos de dicha y liviandad. Nos sentimos como recién nacidos en un nuevo mundo. Pero, tarde o temprano, todo eso acaba desvaneciéndose para nuestra gran sorpresa y desilusión. "¡Ya no significa nada para mí!" Surge entonces la tentación de abandonar la meditación con la errónea impresión de que hemos perdido nuestra capacidad para practicarla. Pero si, pese a todo, persistimos en nuestro empeño, llegaremos a valorar la meditación más por ella misma que por sus atractivos pero accidentales frutos, más por su llana e insípida verdad y por la nada en que ciertamente nos sume que por el algo que solía procurarnos: y esto es un gran avance. Al perder interés por los frutos, nos aseguramos que éstos crezcan saludablemente, sin ser molestados ni perturbados, y puedan madurar a su tiempo. Mientras tanto -y siempre- lo único que debe interesarnos es alimentar la Raíz.

Douglas Harding

viernes, 12 de febrero de 2010

La Meditación de la Visión de lo que Realmente Somos 8


No es explosiva

Es cierto que la visión inicial de la Fuente puede presentarse como una fulgurante y estremecedora revelación. ¿Qué otro evento en nuestra vida es merecedor de mayor celebración? Pero los fuegos artificiales no son necesarios y el espectáculo, en cualquier caso, pronto se esfuma. Muchos (si no la mayoría) de los practicantes serios de esta clase de meditación arriban a ella sosegadamente, tal vez con algún comentario como "¡Por supuesto, ya no me cabe duda de que es así!" Todo depende del temperamento individual, de nuestra formación, de nuestras expectativas cultural-religiosas y, por encima de todo, de cuánta tensión o estrés psicológico hayamos acumulado, ya sea sin intención en el curso de la vida cotidiana o deliberadamente a través de disciplinas religiosas y de prácticas de meditación específicas.

Douglas Harding

miércoles, 10 de febrero de 2010

La Meditación de la Visión de lo que Realmente Somos 7


No es mística

Esta meditación, ciertamente, no es en sí misma una experiencia mística, religiosa o de euforia, ni una repentina explosión de amor universal o conciencia cósmica, ni ningún tipo de sentimiento, pensamiento o intuición similar. Muy al contrario, carece absolutamente de cualidades, siendo incolora y neutra. Consiste en contemplar simultáneamente la Fuente pura, quieta, fresca y transparente de la que dimanan el bullicio y turbulencia del mundo, sin vernos arrastrados por el mundo. Sólo podemos estar seguros de disfrutar de nuestra cuota de experiencias místicas o espirituales no fluyendo corriente abajo en pos de ellas, sino tan sólo cobrando conciencia de que siempre estamos ubicados río arriba con relación a ellas y de que solamente podemos disfrutarlas desde aquí, en la Fuente que reside en nosotros.

Douglas Harding

martes, 9 de febrero de 2010

La Meditación de la Visión de lo que Realmente Somos 6


Inequívoca.

Mientras perdura, esta meditación es del orden de todo o nada (o, mejor dicho, de Todo-y-Nada) y no puede haber errores en ella. No podemos ver nuestra media ausencia o no podemos verla a medias. Vemos cuál es nuestro centro o bien lo estamos pasando completamente por alto.

Douglas Harding

lunes, 8 de febrero de 2010

La Meditación de la Visión de lo que Realmente Somos 5


Vitalmente integradora.

De ese modo, nuestra vida no se ve dividida en dos compartimentos estancos, uno de ellos (interior, meditativo, religioso) consciente del Yo, y el otro (exterior, discursivo, profano) inconsciente del Yo, dos mundos separados por grandes distancias y muy difíciles de unir y reconciliar.

Douglas Harding

domingo, 7 de febrero de 2010

La Meditación de la Visión de lo que Realmente Somos 4


Constante al cabo del tiempo.

No hay ninguna ocasión en que esta meditación resulte inapropiada, ni ningún momento en que podamos abandonar la posición de la primera persona sin correr peligro alguno. A la postre, acabamos quedándonos en nuestro Hogar, donde podemos mantenerla de manera continua, aunque a veces sin destacar, como el acompañamiento de los bajos en la música.

Douglas Harding

La Meditación de la Visión de lo que Realmente Somos 3


Voluntaria

La visión inicial nos proporciona la capacidad de renovarla. La ausencia de cosas aquí es tan evidente e insoslayable como su presencia ahí. Y la visión de esa ausencia es accesible a voluntad de manera inmediata, en cualquier momento. Al contrario de lo que ocurre con las ideas y los sentimientos, podemos disponer de esta sencilla visión cuando más la necesitamos como, por ejemplo, cuando nos sentimos agitados o preocupados. Está siempre a nuestro alcance para lidiar con los problemas en el momento y en el lugar en que surgen

Douglas Harding

viernes, 5 de febrero de 2010

La Meditación de la Visión de lo que Realmente Somos 2



























No nos abstrae del mundo.

En lugar de exigir o de inducir algún estado similar al trance o un retiro temporal del mundo y de los demás personas, agudiza la apreciación de lo que ocurre a nuestro alrededor. Nos sentimos más vivos y en contacto con ellos. De hecho, aunque permanecemos en la visión, no nos perdemos en ella. Lo que vemos no se oscurece ni distorsiona cuando miramos al vidente, sino cuando lo obviamos. De ese modo, cuando ignoramos al Íntimo que contiene y subyace al mundo "externo" y al mundo "interno" de nuestros estados psicológicos, éstos terminan oscureciéndose.

Douglas Harding